Istiophorus
Istiophorus
lutjano cyanopterus
Istiophorus
Un gyotaku representa un trofeo por la pesca lograda. Todo se basa en la práctica, a prueba y error hemos logrado mejorar cada vez más la calidad y la nitidez de la imagen estampada en el lienzo.
...Cuando Dany y yo conocimos la técnica de gyotaku nos gustó el poder compartir tanto la pasión por el mar, como la del arte y diseño por medio de Damar.
Gyotaku, paso 1: entintado del pescado con tinta de calamar.
Gyotaku, paso 2: cubrimos con lienzo y frotamos para estamparlo con la tinta.
El gyotaku es el testigo que registra lo que se logró pescar.
Gyotaku, paso 1: entintado del pescado con tinta de calamar.
Desde que estudié la carrera de diseño, me apasioné con la parte del crear; poder crear lo que sea, abrir esa posibilidad a generar.
Me encantó, porque soy de esas personas que quizás no encajamos en el estereotipo de persona “común”. Siempre me he considerado algo de oveja “negra” o diferente. Y esta parte de poder crear lo que sueño, me parece increíble.
Cuando conocí a Marco me encantó su manera de vida; su pasión, su fuego, su manera de tener ese mismo poder de generar la vida que el deseaba. Su pasión por la pesca me costaba, al inicio, un poco de trabajo. Yo era vegetariana, y esto de matar, me generaba conflicto. Que ahora veo, como un conflicto con la muerte misma, con esta parte de la vida; de pérdida. Mi abuela había fallecido, y había sido muy difícil para mi; su pérdida la sentí demasiado fuerte. Tenia esa pesadez en mi corazón que se juntó con otros conflictos en mi vida y más perdidas familiares. De ahí, comencé a darme cuenta de mi rechazo a ese ciclo natural de vida, en el cual, la muerte es parte de la vida misma. Entendí que para poder matar a un animal para sobrevivir, se necesita aceptar la misma muerte en uno mismo. Como esta nueva etapa o regeneración. Yo tenía algunos problemas de salud, que poco a poco me di cuenta que iban relacionados con esa falta de aceptar mi propia muerte, la muerte misma, la sobrevivencia y naturaleza humana.
DAMAR, me dio esa fuerza. Fue un proyecto que me dio vida; renació mi creatividad, me regeneré. Fue esa motivación que necesitaba en un momento difícil, de extrema sensación de pérdida, que se convirtió en belleza, esa belleza que hay en la vida, en la muerte, en el dolor, en la alegría, en todo lo que esta vivo. Esta transformación de la muerte a un objeto de arte me ha apasionado, para mí es honrar la vida y la muerte por medio del arte y/o diseño.
Aprendí que la vida es in instante, un camino en este mundo, nada más. Así como doy la bienvenida a la muerte y la acepto, acepto la vida también, entendiendo que mientras esté viva, tengo la decisión de crear y hacer de mi vida una obra de arte.